lunes, 21 de noviembre de 2011

Retos

¿Quién dijo que era fácil? Supongo que lo diría alguien que no ha vivido realmente, que no ha sido expuesto de verdad a las contrariedades de la vida.

Ante este planteamiento, me quedo con dos tweets recién leídos en @EscueladeCoach :

"¿Estoy sumando o restando con la actitud que tengo en este momento?"

Según he leído (y vivido) en los últimos años, muchas veces resulta fácil ser pesimista, estar decaído, dejarte llevar por las contrariedades. Si resulta fácil encontrarse bien cuando todo va bien, más fácil resulta encontrarse mal cuando todo va (parece ir) mal.

"... y si en lugar de "problema" lo llamo "desafío"?"

Un problema, según la RAE, lo definimos como (entre otras definiciones):
1. m. Cuestión que se trata de aclarar.
2. m. Proposición o dificultad de solución dudosa.
3. m. Conjunto de hechos o circunstancias que dificultan la consecución de algún fin.
4. m. Disgusto, preocupación.


Y Desafío se define como:

desafío.
1. m. Acción y efecto de desafiar.

desafiar.
(...)
2. tr. Contender, competir con alguien en cosas que requieren fuerza, agilidad o destreza.
(...)
4. tr. Enfrentarse a las dificultades con decisión.


Por tanto, no hay que irse muy lejos para verlo claro: "Problema" simboliza dificultad, duda. Sin embargo, "Desafío" implica enfrentarse, luchar...

¿Qué resulta más sensato?